Los terremotos que asolaron el sudeste de Turquía y el noroeste de Siria han causado más de 26.000 muertos y 87.000 heridos hasta el momento. En las últimas horas decayó la expectativa de encontrar más supervivientes entre los escombros.
Ankara ya ha dado por terminados los trabajos de rescate en las provincias de Sanliurfa y Kilis.
En Siria, un convoy con ayuda humanitaria de Naciones Unidas ha llegado recientemente a las áreas afectadas. Los vehículos han llegado a través de un paso fronterizo con Turquía, y es el tercer envío realizado desde el lunes y el primero con suministros específicos para los afectados por el sismo.
El secretario general adjunto para la ayuda humanitaria de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha calificado el desastre causado por los temblores como “el peor acontecimiento ocurrido en la región en el último siglo”.