El papa Francisco aseguró que “la puerta está abierta” a su posible renuncia al pontificado y agregó que no sería “una catástrofe”. Sus declaraciones durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso a Roma donde también reconoció que el trato a los indígenas en Canadá equivalía a un “genocidio”, sorprendieron a los presentes, dado que apenas una semana atrás había sido duramente crítico con aquellos que hicieron correr el rumor de su renuncia.
“No pronuncié la palabra en Canadá porque no me vino a la mente, pero sí describí un genocidio. Y pedí perdón por ese proceso, que fue un genocidio”, declaró Francisco mientras abandonaba al país en el que estuvo durante seis días.
El sumo pontífice se refirió en varias ocasiones a sus limitaciones físicas, debido a que tiene que moverse en una silla de ruedas por su problema en la rodilla que le impide caminar y estar mucho tiempo de pie.
“A mi edad y con esta limitación tengo que ahorrar fuerzas un poco para poder servir a la Iglesia” o “al contrario, pensar en la posibilidad de echarme a un lado”, dijo.
El Papa ha desmentido en varias ocasiones, que haya pensado en la posibilidad de dejar el cargo, pero hoy dejó claro que una de sus opciones es seguir el ejemplo del papa Benedicto XVI, que renunció al pontificado en febrero de 2013, luego de asegurar que le faltaban las fuerzas.
Francisco concluyó diciendo: “No sería algo extraño ni una catástrofe. Se puede cambiar de Papa, no hay ningún problema”.